Con crema y labia, Roberto Cantú Vargas “el roba-cheques” ponía Gobernadores a cuota

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Ciudad Victoria, Tam.- Con una habilidad impresionante para mentir y embaucar a funcionarios de Gobierno, a los que les vendía muy bien su fábula, Roberto Cantú Vargas encontró en la publicidad gubernamental su mina de oro, con la que a lo largo de 8 años se embolsó millones de pesos a cambio de adormilar a la sociedad.

Para Roberto Cantú Vargas la frustración y el odio llegaron muy temprano a su vida, en sus años de juventud, cuando se dio cuenta de que su aspiración por convertirse en cantante, se caía en pedazos, como resultado de una voz chillona y desentonada que lo llevó a tomar otros caminos con rumbo a una vida fácil y cómoda, aunque para eso tuviera que robarle a su propia madre.

Su sueño de ser cantante quedó ahí, en uno que otro cover que aún circula por las redes sociales como parte de la basura virtual guardada en la internet, como los mismos antecedentes de haberle robado varios cheques a su progenitora cuando laboraba en el Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes aquí en Ciudad Victoria, su tierra natal.

Lo peor de todo es que ese gran tropiezo en su vida, desencadenó una serie de perjuicios en contra de los mexicanos en varias partes del país, particularmente en Tamaulipas, donde Roberto, con sus habilidades verbales y con la ayuda de toda esa gente que desde las oficinas gubernamentales saqueaban los recursos de los tamaulipecos, lo beneficiaron económicamente durante años, a través de millonarios contratos publicitarios y con conectes con otros gobiernos priistas en el país, para seguirse enriqueciendo.

Aunque se dice “Periodista”, Roberto Cantú Vargas sin la menor ética ni profesionalismo, nunca tocó los temas que más lastimaron a la sociedad tamaulipeca, con gobiernos como el de Eugenio Hernández Flores o Egidio Torre Cantú, que registraron miles de desaparecidos, miles de crímenes sin resolver, guerras en todas las ciudades del Estado, víctimas colaterales de la violencia y la corrupción, casos de desigualdad, o los millonarios desfalcos y fraudes cometidos por toda esa clase política, que llevaba décadas apoderada del sistema gubernamental que el pueblo mismo se encargó de correr.

La causa por la que Roberto Cantú, a través de su portal Visión Regional, infiltrado en las redes sociales como un medio de comunicación, no tocaba los temas más sensibles para la población es muy clara, la fortuna que recibía de parte de los Gobiernos Estatales de Eugenio y Egidio, a cambio de difundir solo las actividades oficiales de aquellos que despilfarraban los recursos públicos para mantener engañados a los tamaulipecos, como es el caso de Cantú Vargas y su página web altamente nociva para la verdad que la ciudadanía reclamaba.

A cambio de mucho dinero, pactado mediante insanos acuerdos económicos entre éste ex regidor priista de Victoria, y las gentes que se encargaban de manejar el presupuesto de Prensa en aquellos sexenios, Roberto le restringía a la comunidad su derecho a la verdad en los peores años de Tamaulipas, dando a conocer solo información amable acerca de obras y discursos de convencimiento social, omitiendo todos los temas que acabaron por hacer estallar el hartazgo de la comunidad contra esos corruptos gobernantes a los que el “periodista” se encargaba de lavarles la imagen a través de su negocio publicitario.

Otras de las concesiones de las que disfrutaba Roberto Cantú, era la larga lista de recomendados que tenía trabajando en diferentes dependencias de Gobierno, muchos de ellos sin acudir a laborar, solo cobraban puntualmente cada quincena, con todo y bonos, compensaciones y hasta vacaciones.

Tanto prosperó la empresa de éste mercenario de la pluma y la multimedia a la sombra de los gobiernos estatales pasados, que tan solo en una de esas ocasiones de idilio con el sistema que tanta fortuna le dio, se embolsó medio millón de pesos únicamente por la publicidad electrónica para uno de los simples e insípidos informe de Gobierno de Arturo Diez-Gutiérrez como Alcalde de ésta ciudad capital.

Con todo ese poder de convencimiento y negociación, Roberto el fracasado cantante logró amarrar jugosos convenios publicitarios que iba desde los 200 a los 500 mil pesos mensuales, lo que le ha permitido viajar por todo el país y por el extranjero con todos los gastos pagados y a costillas de la sociedad tamaulipeca que desconoce hasta ahora a éste tipo de sanguijuelas que pretendían seguir incrustadas en el erario destinado para el desarrollo del Estado.

Actualmente Cantú Vargas se promueve desde sus propios portales en Facebook y Twitter, a través de contenido multimedia, con irrisorias cápsulas “informativas” que podría desarrollar cualquier muchacho de preparatoria, y por las que pretende presionar a los gobiernos para que accedan a pagarle los millones de pesos al año como estaba acostumbrado, sin embargo su número de seguidores y reacciones de los mismos, lo ha ubicado en su verdadera dimensión; en la mediocridad en la que es conocido en ésta tierra tamaulipeca que ha decidido poner a cada quien en su lugar.

Desde hace ocho años, la mentira y el saqueo a los recursos públicos ha sido su constante, #asidefacil  #ypunto

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